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Fátima
Sarmiento

Eterno: Exposición Individual

Eterno es una videoinstalación que consta de 3 partes: origen, conocimiento y transformación. La obra aborda mi relación con Dios y las similitudes entre las diferentes creencias espirituales. El amor y sus tres momentos cumbres: el origen, el conocimiento y la transformación como el camino hacia Dios, la trascendencia. Algunas de estas creencias son las cristianas místico- patrísticas, las del catolicismo, las del sufismo y el islam, las de los ascetas, y las del hinduismo.

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Oración:

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En ti quiero quedarme
bajo el agua que santificas
tan profundo que nadie pueda tocarme
tan profundo que sólo tú puedas oírme
tan hermoso que sólo tú puedas verme
creada, mil veces creada por tu vida derramada,
resucitada, vuelta a nacer
ser contigo ser
transformarme,
en la pureza sólo tuya
que sólo contigo se alcanza,
Dios de dioses,
único Dios,
uno contigo y con el todo
desde el principio soy

 

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Texto curatorial

 

En términos simples, las artes visuales se caracterizan por el empleo de cierta forma y estructura, en determinado material a partir de alguna técnica. Todo esto para la expresión de una idea. En base a esta premisa, el buen arte se distingue, entre otras cosas, por el legítimo correlato entre la idea (el discurso), la estructura y el material (el medio), resultando en una pieza indivisible y comunicadora.

 

Para muchos artistas visuales, el material más valioso es su propia experiencia, sumada a su capacidad para destacar el aspecto universal de la vivencia y el pensamiento subjetivo. El mundo, común a todos, es entonces, medio y objetivo del arte a través de los artistas. Es este el caso de ETERNO, instalación realizada por Fátima Sarmiento. En la cual, la artista propone un juego peligroso, complejo, y riquísimo en posibilidades. El juego (el objetivo) trata de Dios, pero no en los conocidos términos de la idea de Dios (comercializada a través de sus instituciones), sino en los propios, desde la propia percepción del desarrollo y el fracaso en el sendero místico. Para ello, opta por el signo geométrico puro en sus estructuras (el círculo, el triángulo y el eje), su relación formal y proporcional con el espacio geométrico, tanto en cada una de las tres instalaciones, como en su conjunto. Esta es la primera señal latente de religiosidad en el resultado, la simplificación de la habitación a: tierra (piso), mundo (paredes), cielo (techo); y el poder de esta fórmula en la sacralización del espacio en la gran mayoría de religiones. Por otro lado, la presencia del rojo, la ceniza, el agua, la mujer, la luz y las sombras como elementos nutrientes de esta idea sustancial.

 

De este modo, Fátima Sarmiento, plantea una intención y un resultado muy creíbles, articulados de manera orgánica y eficaz. La hábil muestra de síntesis discursiva, y su correlato en un tratamiento viso-espacial acertado, además de su interesante poética, nos generan la expectativa de futuros trabajos de la artista.

 

 

Germán Vegas

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